Cuando Dios quiere revelar un
mensaje a la humanidad, no busca a los más importantes y sabios, sino que se
revela a través de los más sencillos y humildes, que saben ser dóciles a sus
inspiraciones y gracias. Este es el caso del mensaje de la Divina Misericordia
dado a la Santa Hna. María Faustina Kowalska, religiosa polaca, instrumento
elegido y probado por el Señor.
Rosario o Coronilla de la Divina
Misericordia.
“Por el rezo de este Rosario, me
complace dar todo lo que me pidan. Quien lo rece, alcanzará gran Misericordia
en la hora de su muerte. Aunque sea un pecador empedernido, si reza este
Rosario, aunque sea una sola vez, logrará la gracia de mi infinita
Misericordia”.
“Cuando los pecadores recen este
Rosario, llenaré sus almas de tranquilidad, y será feliz la hora de su muerte. No
les afectará el temor. Mi Misericordia les amparará en esta última lucha”.
“Defenderé como Mi gloria a cada
alma que rece esta coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la
recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón. Cuando cerca de
un agonizante es rezada esta coronilla, se aplaca la ira divina y la insondable
misericordia envuelve al alma y se conmueven las entrañas de Mi misericordia
por la dolorosa Pasión de Mi Hijo”
“Cuando recen este Rosario al
lado del moribundo, me pondré entre el Padre y el alma moribunda, no como justo
Juez, sino como Redentor Misericordioso”.
“A las almas que recen esta
coronilla, Mi misericordia las envolverá en vida y especialmente a la hora de
la muerte”.
“Hija mía, anima a las almas a
rezar la coronilla que te he dado. A quienes recen esta coronilla, Me complazco
en darles lo que Me pidan. Cuando la recen los pecadores empedernidos, colmaré
sus almas de paz y la hora de su muerte será feliz”.
“Los Sacerdotes ofrezcan este
Rosario a los pecadores, como el último socorro”
“Oh, ¡qué enorme caudal de
gracias derramaré sobre las almas que recen esta Coronilla. Las entrañas de mi
Misericordia se enternecen por aquellos que rezan la Coronilla. Anota estas
palabras, hija Mía, habla al mundo de Mi misericordia para que toda la
humanidad conozca la infinita misericordia Mía. Es una señal de los últimos
tiempos, después de ella vendrá el día de la justicia. Todavía queda tiempo, que
recurran, pues, a la Fuente de Mi Misericordia, se beneficien de la Sangre y
del Agua que brotó para ellos”.
Modo de rezarla:
Se reza con un rosario común.
Cada día reza un Padrenuestro, Avemaría
y Credo, y luego con las cuentas del Santo Rosario:
Reza 5 decenas. Comienza cada
decena así:
“Padre Eterno, yo te ofrezco el
Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor
Jesucristo, como propiciación por nuestros pecados y los del mundo entero”.
Sigue e implora al Padre Eterno 10
veces, en cada decena:
“Por su dolorosa Pasión, ten
Misericordia de nosotros y del mundo entero”.
Al final, repite 3 veces:
“Santo Dios, Santo Fuerte, Santo
Inmortal, ten Misericordia de nosotros y del mundo entero”.
Y después, es bueno terminar con
una Salve a la Virgen.